LA OPTICA DE LA REALIDAD
El costumbrismo literario es
una composición que retrata las costumbres populares de un país o una
región. Se cultivaba en España a mediados del siglo XIX y
tiene su origen en el costumbrismo francés, representado por Honoré de Balzac en su Comedia humana (1842).
El costumbrismo español puede
aparecer en prosa, verso o hasta en obras de teatro,
pero tuvo su mayor manifestación en el cuadro de costumbres, que también se conoce como
el artículo de costumbres. La acción y el diálogo son escasos en este subgénero
que describe escenas, color local, lugares, instituciones, costumbres y tipos
de diferentes clases sociales. Puede tener un propósito didáctico, moralizador,
humorístico o satírico. También tiene como fin salvar del olvido las costumbres
típicas, especialmente las del campo, que comenzaron a perderse con la
migración hacia las ciudades durante la Revolución industrial.
Pese a que el costumbrismo
coexistía con el Romanticismo, se diferenciaba de este movimiento en su deseo
de reflejar la realidad de manera objetiva, casi fotográfica, sin juicios ni
interpretaciones --un rasgo que comparte con el periodismo
--. El costumbrismo sirvió
como punto de partida para el Realismo que surgió a mediados del siglo XIX, y
para el Naturalismo del último tercio del mismo. Ramón de Mesonero Romanos, Serafín Estébanez Calderón y Mariano José de Larra son algunos de los exponentes
principales del costumbrismo del siglo XIX.
Si bien el costumbrismo
frecuentemente se relaciona con la literatura decimonónica, también hubo manifestaciones
del mismo en la Edad Media y el Siglo de Oro.
Por ejemplo
aparecen descripciones costumbristas en el Libro de Buen Amor, Lazarillo de Tormes, Rinconete y Cortadillo, y Don Quijote.
El Realismo literario
es una corriente inventada por el escritor y
contertulio francés Jules Champfleury (1821-1889), quien por
primera vez definió su arte como ‘realista’. El realismo literario se halla
inscrito de un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas,
al cine (Neorrealismo), a la fotografía (que surge con él en el siglo XIX), y a
la filosofía de la ciencia (Karl Popper y Mario Bunge). Las obras realistas
pretenden testimoniar documentalmente la sociedad de la época y los ambientes
más cercanos al escritor, en oposición a la estética del Romanticismo, que se complacía en
ambientaciones exóticas y personajes poco corrientes y extravagantes. La
estética del Realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer
de la literatura un documento que nos pueda servir de testimonio sobre la
sociedad de su época, a la manera de la recién nacida fotografía. Por ello describe todo lo
cotidiano y típico y prefiere los personajes vulgares y corrientes, de los que
toma buena nota a través de cuadernos de observación, a los personajes
extravagantes o insólitos típicos del anterior Romanticismo. Esta estética
propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la moderación y síntesis
de cualquier contradicción, la objetividad y el materialismo.
En cuanto a los procedimientos
literarios del Realismo, son característicos el abuso de la descripción
detallada y prolija, enumeraciones y sustantivos concretos; el uso del párrafo
largo y complejo provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular, tal cual
se pronunciaba y sin corrección alguna que pretenda idealizarla, y el uso de un
estilo poco caracterizado, un lenguaje "invisible" que exprese
personajes, hechos y situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el
escritor.
Al igual que el Romanticismo,
el Realismo tuvo dos corrientes, una conservadora, que alababa las viejas
costumbres populares (José María de Pereda, Juan Valera, Gustave Flaubert) y otra progresista,
caracterizada por la denuncia social (Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas.
Características
Los rasgos fundamentales del
Realismo son los siguientes:
Procura mostrar en las obras
una reproducción fiel y exacta de la realidad.
Hace un uso minucioso de la
descripción, para mostrar perfiles exactos de los temas, personajes,
situaciones e incluso lugares; lo cotidiano y no lo exótico es el tema central,
exponiendo problemas políticos, humanos y sociales.
Rechaza el sentimentalismo,
muestra al hombre objetivamente pues da toques de una realidad dura.
El lenguaje utilizado en las
obras es coloquial y crítico, ya que expresa el habla común y corriente.
Así como rechaza lo
sentimental, de igual forma lo espiritual, dando como resultados toques
individualistas.
Las obras muestran una
relación mediata entre las personas y su entorno económico y social, del cual
son exponente; la historia muestra a los personajes como testimonio de una
época, una clase social, un oficio, etc.
Temas relacionados con los
problemas de la existencia humana.
El autor analiza, reproduce y
denuncia los males que aquejan a su sociedad.
Transmitir ideas de la forma
más verídica y objetiva posible.
En pocas palabras el realismo
pretende reflejar la verdad tal y como es.
DELIA MARTINEZ
ResponderEliminarBueno pues yo creo que el tema es muy rico es cuestion de sacarle mas probecho dentro de lo que cabe esta bien